La primera vez que probé una tarta de zanahorias fue en Reino Unido, curiosamente de donde proviene. Es cierto que en España se ha puesto más de moda en los últimos años, pero cuando yo la probé por primera vez no era tan usual tener la oportunidad de saborearla, y sobretodo tener la gran suerte de que me invitara a degustarla una familia residente en Inglaterra. Hoy en día y sabiendo todo lo que se sobre este dulce, soy consciente de la suerte que tuve en ese momento, y mucho más si es fuera de nuestras fronteras.
Aquel día quedé muy impresionada al conocer que una tarta tan deliciosa pudiera llevar una verdura, al principio la miré con recelo, pero al primer bocado sentí que era sencillamente espectacular. Jamás había probado una tarta de tales características. Tenía un bizcocho húmedo y esponjoso que no sabía en absoluto a zanahoria, y el frosting de queso con el que estaba cubierto le daba el toque perfecto, sin notarse demasiado dulzón. Lo primero que pensé fue que tenía que intentar recrearla en casa, junto a mi familia. La mujer fue tan amable conmigo que me facilitó la receta.
Ya en casa, la elaboré guiada tal y como leía en la receta. Tras varias opiniones de mis “testeadores de dulces”, es decir, mi familia, realicé algunos cambios ya que había ingredientes que no terminaban de encajar.
Después de varias pruebas con diferentes ingredientes, fue cuando decidí darle mi toque personal y por supuesto secreto.
Una vez montado el obrador y viendo con el paso del tiempo, la gran aceptación que había ido adquiriendo la tarta, fue cuando decidí que iba a ser mi producto estrella. Mayores y niños quedaban encantados con cada cucharada, y yo me sentía muy feliz por ello. ¿Sería la jugosidad de su bizcocho? ¿La combinación de este bizcocho y su deliciosa crema? ¿por ser exquisito a la vez que ligero? ¿O por no llevar ningún tipo de conservantes, colorantes ni aditivos?
Siempre uso los mejores ingredientes, y lo hago por dos motivos
importantes: en primer lugar quiero ofrecer el mejor de los resultados, y el segundo la exigencia que tengo conmigo misma. Si soy consciente de que algo
se puede mejorar aún más, pongo todo lo que está en mi mano, y al los hechos me remito…es y siempre será mi producto estrella, al menos para mi.
Redonda: 1kg / 2kg
Rectangular: 2kg.
• El bizcocho puede ser integral o con ingredientes ecológicos.
• A continuación puedes elegir entre los diferentes diámetros y pesos:
